MUSIC SELECTIONS

LOS SAXOFONES - JUAN COLÓN

miércoles, 17 de abril de 2013

Merengue-jazz y un jazz-merengue
 
Existe una gran diferencia entre estas dos terminologías lo cual ha sido objeto de muchas confusiones.
Si queremos tener un merengue-jazz se deben escribir composiciones que reúnan los requisitos tanto en sus melodías como en las armonías para que pueda sentirse como un jazz real y para tocar un standard del jazz en tiempo de merengue la melodía debe ser adaptada al concepto rítmico del merengue pero manteniendo su armonía básica la cual es la que lo seguiría  identificando como un jazz.
Todo lo demás también tiene que ser diferente, la forma del bajo, del piano y de la tambora misma y dentro del jazz con la batería también.
No debemos olvidar que ambos son géneros musicales distintos por lo que se requiere de gran conciencia el hacerlo con profesionalismo.
Nuestra música está basada en sus tiempos fuertes, 1 y 3, en cambio el jazz mirado desde nuestra perspectiva es 2 y 4, en concepción numérica no parece ser algo del otro mundo, pero en lo musical existe una enorme distancia que de no saberse caminar caeríamos en grave problemas rítmicos y conceptuales en todo el sentido de la palabra.
Para crear un merengue-jazz debemos primariamente pensarlo como jazz y no coger un merengue cualquiera y tocarlo con la base rítmica del jazz, asi también pensarlo desde la óptica del jazz.

Si cogemos un merengue como Caña Brava, Compadre Pedro Juan, tendríamos que adaptar las melodías y cambiar la forma de cómo fueron concebidas, así mismo pasaría con el  jazz.

El mayor problema con hacer del merengue-jazz un concepto musical apetecible por otros músicos es que apenas tenemos una que otra grabación nuestra hecha con el concepto del jazz y estamos en pañales para pretender que el concepto merengue-jazz adquiera niveles internacionales como el latin jazz o el bossa nova.

Un estudio más profundo y un hermoso sentido musical a la hora de hacerlo serian las bases para tratar de introducirlo como estilo en el mundo internacional de los géneros musicales.

En cambio con el jazz es y sigue siendo la música de los músicos, sus intrincadas melodías, las herramientas a dominar, los diferentes lenguajes y conceptos del sentir, géneros dentro del jazz que son los que han hecho del vocablo jazz la meta por excelencia de todos los músicos del mundo,  y si no han sido atraídos por el otro mundo tan difícil también como lo es el género clásico.
En otros artículos hemos sido reiterativos al decir que el jazz sigue siendo el mayor desafío para un músico y el mayor anhelo de lograrlo.
Si escuchamos un jazzista entenderemos a cabalidad el cúmulo de conocimientos y lenguaje que se necesita.
También si escuchamos un solo de nuestro Tavito Vásquez (Con el Alma, Caña Brava) veremos como de manera magistral usa las ideas del jazz combinándolas con la fraseología propia del merengue logrando con esto un color único en la búsqueda de la concepción de cultivar un merengue-jazz.
Si al momento de escuchar uno de sus grandes solos pudiéramos en vez de tener una tambora como base rítmica, tuviéramos una batería esto sonaría a un puro bebop.
Tendríamos que poner en practica esa misma metodología usada por este excepcional improvisador nuestro y adquirir nuestro propio color y estilo donde podamos enseñar al mundo que tenemos un verdadero merengue-jazz.

J.Colón

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