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LOS SAXOFONES - JUAN COLÓN

sábado, 20 de julio de 2013

Al leer, me motivé a escribir


Una buena amiga, quien fuera mi maestra de primaria, mi querida Profe Lavinia, escribió en maoenelcorazon.com un interesante artículo sobre las personas que llegan a ser famosas: esta frase y el nombre de su autor la tomé de su artículo:

"Una celebridad es una persona que trabaja duro toda su vida para ser conocida, entonces usa lentes oscuros para evitar ser reconocida”. Fred Allen

Debido a mi profesión, tuve la oportunidad de trabajar con famosos de muchos países y a diferentes niveles de fama. Es algo que a primera vista parece muy sencillo de abordar, y por ende de hacer juicios sobre dichos personajes.

Es un asunto mucho mas profundo porque envuelve el ego, el narcisismo, la falta de valores dentro de su persona; falta de educación, y la falsedad de que tan pronto se logra la fama y el dinero, se convertirán en personas felices.

A mi juicio, lo que pude apreciar durante mis años de trabajar al lado de ellos es que logran creerse seres superiores, intocables, y que pueden hacer y deshacer a su voluntad. Saben cobijarse de comprar la prensa para manejarla a su conveniencia y lograr lo que quieren y dejar unas huellas de la figura que ellos se han forjado en sus mentes y que harán todo lo posible para que los medios se lo hagan creer a sus seguidores.

Por esa razón estos últimos no se detienen un segundo a ver la realidad; solo pueden ver lo que los hace idolatrarlos, es la necesidad en nuestro interior y el gran vacío que tenemos, por eso tenemos que idolatrar y dejar que nos idolatren para sentirnos válidos en nuestro peregrinar por la vida.

Detrás de cada persona convertida en ídolo existe un ejército de personas que se han dedicado en cuerpo y alma a cumplir un plan trazado para llevar a esa persona a donde sus aspiraciones le lleguen a permitir sentirse “realizado”. Estos personajes tras bambalinas, como se dice, son empleados que poco a poco van dejando detrás sus verdaderas personalidades para lograr cumplir el propósito de su líder llegando a convertirse en títeres, aduladores y solo les interesa el dinero que sus vínculos le permitan lograr.

Por eso vemos a diario cómo es su comportamiento, cómo son de exigentes, cómo hablan, cómo llaman la atención, logrando en muchos casos un gran éxito que les permite sentirte dioses impenetrables y esa misma deidad construida se va convirtiendo en su propio enemigo porque el deseo de ser dioses es incontrolable.

Y si observamos atentamente tenemos esos mismos ídolos a nuestro alrededor con la única y gran diferencia que esos anhelos de idolatría no llegan a los medios porque nuestro reinado no es de largo alcance.

Ambos reinados causan estragos en nuestra sociedad ansiosa de idolatrar, de saber que tenemos grandes payasos afanándose por decir quiénes son, cómo son y cuán humildes son.

Es nuestra imperiosa necesidad de ser reconocidos, nuestro gran vacío existencial, espiritual, nuestra falta de empatía, la falta de valor para reconocer el talento ajeno y la irresponsabilidad de cuando llegamos a la cima engañamos a quien sea a cambio de aumentar nuestros caudales económicos y nuestro poder.

1 comentario:

  1. Mi amigo Juan,
    Ese mundo de luz, desenfreno, adulonería y abundancia material parece ser un poco estresante y demasiado para muchos de ellos que terminan en las drogas... otros "brillan" por un instante y desaparecen tan rápido como llegaron... los que llegan a viejos, si fueron legítimos, nunca perderán el respeto dwe sus fans... los otros mueren solos, amargados y olvidados...

    Parece una vida jodida esa.

    Isaias

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