Dentro del mundo de la música,
tenemos grandes y famosa orquestas de igual manera, solistas que han descollado y
logrado su espacio en tal difícil mundo del trascender profesional.
Si bien es cierto, que algunos de los
grandes solistas como Parker, Coltrane, Rollins, Cannonball, Sonny Sticks,
Miles, Clifford Brown, Oscar Peterson, Bill Evans, Getz y muchísimos otros
grandiosos músicos, se fueron poco a poco identificando con un solo
instrumento, casi todos en sus inicios grabaron con diferentes instrumentos pero
fueron sintiendo la necesidad de identificarse con uno solo.
Músicos super talentosos, reconocidos y
respetados en el mundo entero muestran sus dones en uno solo de ellos. Esto no quiere
decir que no se deba tocar más de un instrumento, ya que este no es el
propósito de este escrito, es sólo señalar que aunque se logren dominar dos,
tres, cuatro instrumentos, al final de todo se queda con un sonido que es el
que ha conectado su alma con el sonido del universo.
Escuchar a Getz tocar una balada, es
impresionante como se nota la conexión melodía-improvisación-interpretación, de
manera tal que sentimos que este tenorista es grandioso y todo su sentir lo
puso en ese discurso musical.
Si escuchamos a Cannonball tocar una balada
sentimos el gemir de este grandioso músico al conectarse con el sentir completo
del tema, por igual con Parker tocando una balada, sus almas se desnudan ante
la majestuosidad de la música.
Aun sean temas de bebop que son bien rápidos, sentimos su conexión con su
sentir, canción e interpretación. Es grandioso cuando logramos sentirnos uno
con nuestro sonido que escuchamos en el alma antes de ser manifestado al oído
del oyente. Sentir que al soplar estamos identificándonos con el sonido real
del amor que llevamos la música en nuestras almas…Cuando escuchamos el sonido
en el alma nuestra antes de que salga por nuestros instrumentos son de los
hermosos regalos que el universo nos da.
Cada instrumentista se identifica con un
sonido, un instrumento, un sentir y un gemido es su voz de alerta para
dedicarse en cuerpo y alma a un sólo soplo que fluye de lo mas profunde del ser.
Lo ideal seria tocarlos todos de manera grandiosa, pero aunque parezca que así lo tocamos, nada más lejos de la realidad.
Es un sentimiento que se da entre
música-sentir y oyente, produciendo la satisfacción del músico cuando su sonido vibra al unísono de otras almas.
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