Identidad
musical:
Es
algo que nos permite sentirnos identificados como pueblo ante los ojos del
mundo y de nosotros mismos, sin importar tiempo ni condiciones.
La
identidad musical de un pueblo no está regida por modismos, medios
manipuladores, ni por pagos sobre el gusto de los consumidores para hacerles
imponer sus criterios. Es algo más que eso, es algo sagrado, es como el himno
nacional de los pueblos, no se puede cambiar acorde con los tiempos.
Si
lo arrastráramos a los cambios de la sociedad tendríamos muchos himnos, muchas
banderas, mucha gastronomía diferente, porque podemos decir, eso es lo que está
de moda y con ese modismo en pocos años el sancocho desaparecerá de nuestras
mesas.
Dentro
de los grupos que todavía podemos considerarlo como Identidad musical tenemos
algunos: Rafelito Román, Lupe Valerio, Francisco Ulloa, El Ciego de Nagua y algún
otro grupo.
Son
nuestros verdaderos guerreros que haciendo esfuerzos descomunales han podido
subsistir con su música lo más cerca posible a lo que somos en realidad.
Las
orquestas de merengue no son parte de nuestra identidad, han sido movimientos
que se van sustituyendo uno al otro y se mantienen dentro de un público que
baila, pero cuando se habla de la palabra Identidad Musical, tenemos que ir al
merengue típico, aunque pudo haber sido la Mangulina que existió primero, pero
por muchas razones no lo fue.
Por
lo tanto es el merengue típico nuestra bandera, nuestro estandarte. Escuchar un
merengue tocado por Rafelito Román, Lupe Valerio, etc., nos hace sentir que todavía
tenemos Identidad, y mucho más por los grupos que han seguido esas tradiciones
sin dejar que sus grupos se conviertan en peri-combos del momento.
Si
alegamos por ignorancia el avance de los pueblos dejaremos de escuchar lo
autóctono y si esto llega a suceder perderemos nuestra identidad.
No
me opongo al desarrollo de los pueblos, ni tampoco juzgo a los grupos que han
incorporado otras cosas a lo que venían tocando, solo defiendo mi origen, de
donde vengo para poder saber a donde iré cuando
termine de recorrer mi sendero.
No
podemos dejar que la transculturación acabe con lo que somos, todo obedece a un
comercio despiadado que solo brinda dinero sin importar el costo, el dolor. Veremos
en corto tiempo desaparecer la tambora para sustituirla por el timbal, drums, o
el teclado haciendo las veces de percusión.
El
jaleo está en vías de extinción, si escuchamos muchos grupos de los llamados innovadores
lo hemos cambiado en casi su totalidad, solo los pocos grupos arriba
mencionados lo siguen preservando.
Me
importa mi identidad porque me siento orgulloso de la tierra que me vio nacer,
la tierra que amo y que añoro volver a vivirla. Me duele porque veo muchos
héroes luchando por la preservación de nuestra identidad, no claudiquemos, solo
eso nos da un lugar en el Universo de preferencia e identidad.
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