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MUSIC SELECTIONS
LOS SAXOFONES - JUAN COLÓN
jueves, 2 de enero de 2014
Sin Merengue y Sin Mangú
En mi viaje a mi querido terruño, dos cosas muy nuestras las cuales brillaron por su ausencia en un porcentaje muy alto, al menos en una gran cantidad de los lugares que visité.
La primera cosa ausente: donde ir a desayunar con un rico mangú con huevos fritos, queso blanco frito; tanto en mi ciudad natal Mao, como en mi segunda ciudad Santiago, vi con mucha tristeza cómo vamos sepultando de una vez por todas nuestras tradiciones, costumbres, y valores culturales.
Para encontrarlo debemos ir a lugares específicos que todavía nos quedan; ya no podemos encontrarlo al doblar de cualquier esquina. También nuestros sabrosos batidos de fruta los estamos cambiando por las refrescos embotellados, “Gaseosas”, que nos arropan.
Sé que estamos totalmente invadidos por la comida rápida de los países, como decimos, donde encontramos más saludable un Hamburguer que un mangú, una yuca, o una batata asada, bien acompañada.
No estoy opuesto a lo foráneo, comparto plenamente el deseo de cada quien comer lo que le plazca, pero recordemos que en los países esos tipos de comidas son parte de su cultura y por sobre todo mantienen sus prioridades sobre la cultura del comer.
La segunda cosa ausente: mientras escuchaba la radio, cambiaba de emisora, y no pude escuchar en ninguna estación un espacio donde al menos se toque aunque sea media hora de merengue nuestro, tanto típico como también el merengue de orquesta.
En pocos años ya poco nos importará decirle al mundo qué música es la que nos representa y con “mucho orgullo” tendremos que decir que decidimos ser un pueblo sin identidad musical.
Les propongo que por lo menos en nuestras casas hagamos aunque sea una vez a la semana un mangú, con queso, con salami y con huevos fritos; también un morir-soñando, un batido de frutas, una champola de guanábana o de tamarindo, y mientras lo disfrutamos pongamos algún disco de merengue que les sobre en algún rincón de la casa: Orquesta Santa Cecilia, Antonio Morel, Rafael Solano, Luis Pérez, para que por lo menos en nuestros hogares no mueran por óxido. Y si no lo tienen, vayan a YouTube, donde de seguro los encontrarán gracias a la iniciativa de muchos dominicanos a quienes les preocupa mantener su identidad a través de sus tradiciones.
Todavía los grandes países del mundo luchan por mantener sus tradiciones, sus hábitos gastronómicos y culturales; la forma de vestir también forma parte de quienes somos.
Hombres y Mujeres que todavía sentimos orgullo de lo que fuimos y de lo que nos queda, hagamos en silencio ese trato y cantemos a una el cantar de un pueblo que ya está dejando de ser mi pueblo pero que sigue siendo mi pueblo porque ahí fue donde vi la luz del sol por primera vez.
Abracemos lo único que no se puede comprar con dinero, ni se puede mercadear a costa de dejar de ser quienes somos. Somos un solo pueblo, un merengue, un mangú, un sancocho, así lo sigo creyendo.
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